Gobierno digital, una deuda pendiente

Una de las revoluciones más importantes del último siglo es aquella que recae en el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, la cual,en la vida cotidiana se acelera con gran dinamismo con múltiples utilidades en el campo social, económico, cultural, educativo e incluso sanitario.
Aunado a lo anterior, la demanda por llevar las facilidades que brinda la tecnología al ámbito gubernamental no es exclusivamente una tendencia utópica para mejorar el servicio, de hecho, con gran eficiencia se han implementado diversas herramientas tecnológicas que abonan en favor de los servicios públicos.
Sobre el particular, es menester señalar, que la pandemia por el virus SARS-CoV-2, obligó a repensar la forma en la que se desarrollaban las actividades cotidianas, redoblándose los esfuerzos en pro de los servicios tecnológicos con aplicación a un centenar de ramas, incluyendo la gubernamental. Bajo esta tesitura, es importante reconocer la necesidad de que los gobiernos de las naciones transiten de forma oportuna, viable y moderada hacia el denominado “gobierno digital”, como un proceso benéfico y evolutivo, que se traduzca en elementos que faciliten el acceso a los servicios. Sin embargo, el gobierno actual no sólo descansa parte fundamental de su política de infraestructura en obras faraónicas, sino también, ha dejado en el abandono el paso hacia un gobierno moderno que apueste por la optimización de políticas públicas referentes a la digitalización del gobierno.
Justo es señalar que la OCDE, en el documento Perspectivas económicas de América Latina, refirió con gran claridad que la transformación digital puede ayudar a la región a recuperarse más rápido de la crisis por la contracción del PIB y el aumento de la pobreza.
A ello hay que sumar que naciones como China han logrado indiscutibles avances en inversiones e iniciativas para el despliegue de las nuevas tecnologías de quinta generación(5G), estimando que para 2025 la economía digital represente el 10% de la producción económica del país asiático. Mientras que en los Estados Unidos de América el “Plan de Empleo América” destinará cerca de 100 mil millones de dólares para proveer banda ancha a los estadounidenses, incluido 35 por ciento de los pobladores rurales que carecen de acceso a internet a velocidades aceptables. Estos ejemplos nos brindan una guía del tamaño que poseen las tecnologías de la información y comunicación en la actualidad.

En este orden de ideas, el hecho de invertir en nuevas tecnologías debe ser una prioridad impostergable para el gobierno mexicano, sobre todo en una etapa en la que los procesos de digitalización han sido objeto de sólidas dinámicas en aras de dar respuesta a las nuevas realidades.
En materia de gobierno digital, nuestro país tiene un gran potencial que no ha aprovechado del todo, constituyéndose como una deuda pendiente que debe saldarse en favor de la mejora de los servicios y la conectividad para toda la población.
ANALISIS
/ LUNES 26 DE SEPTIEMBRE DE 2022
*Senador de la República
@manuelanorve
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